Y EN cualquier situación en que te encuentres [Oh Profeta,] y cualquier porción de esta [escritura divina] que estés recitando, y cualquier trabajo que estéis realizando [Oh hombres] --[recordad que] somos testigos de lo que hacéis [desde el momento] en que lo emprendéis: pues, ni siquiera el peso de un átomo [de cuanto hay] en la tierra o en el cielo escapa al conocimiento de tu Sustentador; y nada hay, ni más pequeño ni más grande que eso, que no esté registrado en [Su] claro decreto.