A Él habréis de volver todos: esta es, en verdad, la promesa de Dios --pues, ciertamente, Él crea [al hombre] en un principio, y luego le suscita de nuevo para recompensar con equidad a todos los que han llegado a creer y han hecho el bien; mientras que a aquellos que se obstinan en negar la verdad les aguarda una pócima de ardiente desesperación y un doloroso castigo por su continua negativa a aceptar la verdad.