Y permaneced discretamente en vuestras casas, y no os acicaléis como solían hacer en tiempos del paganismo ignorante; y sed constantes en la oración, dad el impuesto de purificación, y obedeced a Dios y a Su Enviado: pues Dios sólo quiere apartar de todos vosotros, Oh gente de la casa [del Profeta], cualquier inmundicia, y purificaros hasta una pureza perfecta.